Crisis humanitaria en Myanmar: millones necesitan ayuda tras terremotos devastadores

Crisis humanitaria en Myanmar: millones necesitan ayuda tras terremotos devastadores

Crisis humanitaria en Myanmar: millones necesitan ayuda tras terremotos devastadores

Apr 21, 2025

Apr 21, 2025

Apr 21, 2025

Daños causados por el seísmo. Crédito: © UNHCR.

Daños causados por el seísmo. Crédito: © UNHCR.

Daños causados por el seísmo. Crédito: © UNHCR.

Tres semanas después de los terremotos en Myanmar, más de 4 millones de personas carecen de refugio, agua potable y atención médica. Conoce la gravedad de la situación y cómo puedes ayudar.

Tres semanas después de los terremotos en Myanmar, más de 4 millones de personas carecen de refugio, agua potable y atención médica. Conoce la gravedad de la situación y cómo puedes ayudar.

Tres semanas después de los terremotos en Myanmar, más de 4 millones de personas carecen de refugio, agua potable y atención médica. Conoce la gravedad de la situación y cómo puedes ayudar.

Tres semanas después de que una serie de terremotos sacudiera el centro de Myanmar, el panorama sigue siendo crítico. Se estima que al menos 3 700 personas han perdido la vida, mientras que más de 4 millones afrontan necesidades urgentes, como refugio, agua limpia y atención sanitaria.

Las consecuencias van más allá de las pérdidas humanas. La infraestructura ha quedado gravemente afectada: hospitales, carreteras, cultivos y sistemas de abastecimiento han sido destruidos, lo que agrava aún más la crisis en un país que ya enfrentaba conflictos armados y pobreza extrema antes de los temblores.

Mujeres, niños y familias desplazadas: los más vulnerables

La crisis humanitaria impacta de forma especialmente severa a mujeres, niños y familias que se han visto obligados a abandonar sus hogares. Sin acceso a un refugio seguro ni a saneamiento básico, enfrentan un riesgo creciente de violencia de género, desnutrición y enfermedades infecciosas.

Muchos viven en campamentos improvisados o al aire libre, expuestos a condiciones insalubres y a traumas físicos y emocionales continuos.

Se están llevando a cabo esfuerzos humanitarios, pero son insuficientes

Organizaciones internacionales y voluntarios locales trabajan intensamente para prestar asistencia. Hasta ahora, unas 240 000 personas han recibido alimentos, medicamentos y productos de primera necesidad. Sin embargo, esta cifra representa menos del 10 % de la población afectada.

La ONU ha alertado de la urgente necesidad de más apoyo financiero y logístico. Sin refuerzos inmediatos, el país podría hundirse en una crisis humanitaria aún más profunda y prolongada.

Es hora de actuar

La situación en Myanmar alerta, una vez más, sobre la vulnerabilidad de las comunidades ante los desastres naturales y la urgencia de una respuesta coordinada y solidaria. Las donaciones, las iniciativas gubernamentales y la acción voluntaria son fundamentales para garantizar que millones de personas tengan una oportunidad real de supervivencia y reconstrucción.

Para seguir la evolución de esta crisis y saber cómo contribuir, accede al artículo original de la ONU aquí.


Tres semanas después de que una serie de terremotos sacudiera el centro de Myanmar, el panorama sigue siendo crítico. Se estima que al menos 3 700 personas han perdido la vida, mientras que más de 4 millones afrontan necesidades urgentes, como refugio, agua limpia y atención sanitaria.

Las consecuencias van más allá de las pérdidas humanas. La infraestructura ha quedado gravemente afectada: hospitales, carreteras, cultivos y sistemas de abastecimiento han sido destruidos, lo que agrava aún más la crisis en un país que ya enfrentaba conflictos armados y pobreza extrema antes de los temblores.

Mujeres, niños y familias desplazadas: los más vulnerables

La crisis humanitaria impacta de forma especialmente severa a mujeres, niños y familias que se han visto obligados a abandonar sus hogares. Sin acceso a un refugio seguro ni a saneamiento básico, enfrentan un riesgo creciente de violencia de género, desnutrición y enfermedades infecciosas.

Muchos viven en campamentos improvisados o al aire libre, expuestos a condiciones insalubres y a traumas físicos y emocionales continuos.

Se están llevando a cabo esfuerzos humanitarios, pero son insuficientes

Organizaciones internacionales y voluntarios locales trabajan intensamente para prestar asistencia. Hasta ahora, unas 240 000 personas han recibido alimentos, medicamentos y productos de primera necesidad. Sin embargo, esta cifra representa menos del 10 % de la población afectada.

La ONU ha alertado de la urgente necesidad de más apoyo financiero y logístico. Sin refuerzos inmediatos, el país podría hundirse en una crisis humanitaria aún más profunda y prolongada.

Es hora de actuar

La situación en Myanmar alerta, una vez más, sobre la vulnerabilidad de las comunidades ante los desastres naturales y la urgencia de una respuesta coordinada y solidaria. Las donaciones, las iniciativas gubernamentales y la acción voluntaria son fundamentales para garantizar que millones de personas tengan una oportunidad real de supervivencia y reconstrucción.

Para seguir la evolución de esta crisis y saber cómo contribuir, accede al artículo original de la ONU aquí.


Tres semanas después de que una serie de terremotos sacudiera el centro de Myanmar, el panorama sigue siendo crítico. Se estima que al menos 3 700 personas han perdido la vida, mientras que más de 4 millones afrontan necesidades urgentes, como refugio, agua limpia y atención sanitaria.

Las consecuencias van más allá de las pérdidas humanas. La infraestructura ha quedado gravemente afectada: hospitales, carreteras, cultivos y sistemas de abastecimiento han sido destruidos, lo que agrava aún más la crisis en un país que ya enfrentaba conflictos armados y pobreza extrema antes de los temblores.

Mujeres, niños y familias desplazadas: los más vulnerables

La crisis humanitaria impacta de forma especialmente severa a mujeres, niños y familias que se han visto obligados a abandonar sus hogares. Sin acceso a un refugio seguro ni a saneamiento básico, enfrentan un riesgo creciente de violencia de género, desnutrición y enfermedades infecciosas.

Muchos viven en campamentos improvisados o al aire libre, expuestos a condiciones insalubres y a traumas físicos y emocionales continuos.

Se están llevando a cabo esfuerzos humanitarios, pero son insuficientes

Organizaciones internacionales y voluntarios locales trabajan intensamente para prestar asistencia. Hasta ahora, unas 240 000 personas han recibido alimentos, medicamentos y productos de primera necesidad. Sin embargo, esta cifra representa menos del 10 % de la población afectada.

La ONU ha alertado de la urgente necesidad de más apoyo financiero y logístico. Sin refuerzos inmediatos, el país podría hundirse en una crisis humanitaria aún más profunda y prolongada.

Es hora de actuar

La situación en Myanmar alerta, una vez más, sobre la vulnerabilidad de las comunidades ante los desastres naturales y la urgencia de una respuesta coordinada y solidaria. Las donaciones, las iniciativas gubernamentales y la acción voluntaria son fundamentales para garantizar que millones de personas tengan una oportunidad real de supervivencia y reconstrucción.

Para seguir la evolución de esta crisis y saber cómo contribuir, accede al artículo original de la ONU aquí.


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